La mano de obra es un factor irremplazable para llevar adelante cualquier tipo de proyecto de edificación, sea con fines habitacionales y/o comerciales. Contar con un seguro para obreros de la construcción es clave para resguardar la integridad de los trabajadores del sector, así como para proteger a las empresas constructoras de eventuales reclamos.
En este artículo, te contamos cuál es el panorama actual en materia de accidentabilidad laboral en la industria de la construcción y cuál es la cobertura con la que la fuerza de trabajo de este rubro debe contar.
De acuerdo con el último informe de accidentabilidad en el sector de la construcción realizado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, de enero a septiembre de 2022 se registraron 38.146 casos de accidentes, lo que representa un aumento del 24,1% respecto del mismo periodo del año anterior.
Si bien en su mayoría no se trata de casos mortales, una buena parte de esos casos implicó la baja de los trabajadores, dejándoles secuelas incapacitantes.
Asimismo, las estadísticas muestran que las pisadas, los choques y los golpes por objetos son la causa más común de accidentes, junto con las caídas de personas u objetos y los esfuerzos excesivos.
Cuando edifican o reforman un inmueble, el cuerpo de los trabajadores de la construcción – albañiles, electricistas, plomeros, gasistas, etc.- es su principal herramienta de trabajo y, como tal, necesita estar protegida.
Por eso, es fundamental que las empresas constructoras contraten un seguro para obreros de la construcción que les brinde a los trabajadores asistencia integral. La cobertura de accidentes personales es la mejor opción.
Se trata de un seguro que brinda asistencia en caso de accidente que derive en invalidez parcial, invalidez total o muerte, entendiendo como “accidente” toda lesión corporal que sufra el asegurado como consecuencia de la acción repentina de un agente externo, y que pueda ser debidamente constatada por médicos.
Este tipo de seguro cuenta con diferentes categorías de riesgo, dado que entiende que las tareas que desarrolla un albañil conllevan mayor peligrosidad que aquellas que lleva a cabo un jardinero o instalador de aires acondicionados.
Por lo tanto, es imprescindible que la constructora detalle cuál es la actividad que realiza la persona a asegurar antes de contratar esta póliza.
Así como sucede con otro tipo de coberturas asociadas a la construcción, ofrecer a los obreros este tipo de seguro representa un acto de responsabilidad por parte de las empresas que los emplean. Al mismo tiempo, contratarla les permite estar cubiertos para afrontar cualquier tipo de reclamo legal en caso de accidente.
Este tipo de seguro funciona a través de un sistema de reintegros. ¿Qué implica esto? Que cuando el asegurado sufre un siniestro, debe concurrir a un centro de salud público o privado para ser atendido, y luego presentar los comprobantes fiscales de los gastos que tuvo (médicos, farmacéuticos y/o terapéuticos) para que la aseguradora le devuelva el dinero.
Vale aclarar que cada póliza tiene un monto máximo de cobertura. Una vez alcanzada esa suma, los gastos adicionales correrán por cuenta del beneficiario.
Si como consecuencia del siniestro el asegurado sufre invalidez total o parcial permanente, recibirá la correspondiente indemnización preestablecida en la póliza. Ahora bien, caso se produzca su fallecimiento, los indemnizados serán las personas previamente designadas en el contrato o, en su defecto, sus herederos legales.
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